El aprendizaje basado en proyectos en preescolar es considerado como uno de los pilares del nuevo enfoque educativo en México y el mundo. Esto por la forma en la que incentiva el aprendizaje activo y permite la creación de conocimiento real, útil y trascendental.
Aquí en Emmi, te contaremos a fondo qué es el aprendizaje basado en proyectos en preescolar, cómo se desarrolla y los beneficios del ABP en educación infantil. Así que ¡Te recomendamos seguir leyendo!

¿Qué es el aprendizaje basado en proyectos (ABP)?
El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es una metodología educativa centrada en el estudiante, en la que el aprendizaje se construye a partir de la resolución de problemas reales o cercanos, a través del desarrollo de un proyecto.
En lugar de memorizar contenidos de forma aislada, los alumnos investigan, analizan, crean y presentan soluciones concretas a una situación o reto. Esto, bajo un contexto real, cercano, de su misma comunidad o día a día.
La clave está en que el alumno es el protagonista de su aprendizaje. El docente actúa como guía, facilitador y acompañante en todo el proceso.
3 diferencias con otros enfoques tradicionales
Resulta natural preguntarse cuáles son las diferencias entre el ABP en educación infantil y las metodologías tradicionales. A continuación te lo contamos.
De la memorización al aprendizaje significativo
Durante décadas, la enseñanza se basó en la transmisión de conocimientos. El maestro explica, el alumno toma apuntes y memoriza.
Ahora, estudiante deja de ser un receptor pasivo y se convierte en el protagonista de su proceso de aprendizaje. A través de un proyecto, investiga, toma decisiones y encuentra respuestas. No memoriza para olvidar después: aprende para aplicar lo aprendido.
De un aula centrada en el maestro a una centrada en el estudiante
En el modelo tradicional, el maestro es la fuente de todo conocimiento. Es quien dicta lo que se debe aprender, cómo y cuándo.
Por otro lado, en el aprendizaje por proyectos educativos en preescolar el maestro se transforma en un guía o facilitador del aprendizaje, mientras que los alumnos asumen un rol activo haciendo preguntas, buscando información y proponiendo temas.
De materias aisladas a una integración del conocimiento
En el modelo educativo las materias se enseñan por separado, sin relacionarlas entre sí. Esto puede hacer que los alumnos vean los contenidos como algo fragmentado o desconectado de su entorno.
Por otro lado, esta metodología didáctica en educación preescolar puede integrar contenidos de distintas áreas. Esto promueve una visión más completa del mundo, donde el conocimiento no está dividido, sino que se complementa y cobra sentido en conjunto.
El ABP como camino para una educación integral desde la infancia
El aprendizaje basado en proyectos en preescolar forma parte de las metodologías activas en preescolar encargadas de integrar saberes, habilidades y valores en torno a un proyecto significativo para los niños.
Lejos de trabajar contenidos por separado, el ABP los entrelaza en experiencias reales, colaborativas y motivadoras. Esto permite que los niños se involucren más con el proceso logrando un aprendizaje activo trascendental, real y útil.
Fundamentos pedagógicos del ABP
El aprendizaje basado en proyectos en preescolar no es solo una estrategia didáctica moderna; es una propuesta profundamente enraizada en teorías pedagógicas que han transformado la educación en el último siglo.
Su eficacia no radica en la moda, sino en su solidez pedagógica, basada en investigaciones, principios filosóficos y psicológicos del aprendizaje. Dicha solidez se hace evidente mediante los siguientes fundamentos.
1. Constructivismo
El corazón del ABP es el constructivismo, una corriente que sostiene que los estudiantes no aprenden de manera pasiva, sino que construyen su conocimiento activamente a través de la experiencia, la reflexión y la interacción con su entorno.
El ABP se basa en esta idea: no basta con darles la información a los alumnos, hay que ponerlos en situación de aprender. ¿Cómo? Proponiendo problemas reales, preguntas retadoras y proyectos que les hagan pensar, investigar, experimentar y crear.
2. Aprendizaje significativo
David Ausubel, autor del concepto de aprendizaje significativo, señaló que los alumnos aprenden mejor cuando pueden relacionar lo nuevo con lo que ya saben. Es decir, cuando el contenido tiene sentido para ellos.
La enseñanza por proyectos en niños parte de esta premisa: en vez de enseñar contenidos aislados, propone experiencias cercanas, interesantes y útiles para los niños.
3. Aprendizaje activo
Inspirado por pensadores como John Dewey, los proyectos educativos en preescolar defienden que los niños aprenden más y mejor cuando están activos: cuando exploran, manipulan, investigan, discuten, crean y actúan.
No se trata de escuchar y copiar, sino de participar, construir y transformar. Estas metodologías activas en preescolar son una respuesta directa a las críticas a la educación tradicional, donde el alumno es un oyente pasivo.
4. Aprendizaje colaborativo
El ABP se apoya en el aprendizaje social, tal como lo propuso Lev Vygotsky. Este psicólogo ruso planteó que el desarrollo cognitivo no ocurre de forma aislada, sino en relación con los demás. En especial, a través de la interacción con personas de mayor experiencia.
En los proyectos, los niños aprenden juntos, se escuchan, se reparten tareas, resuelven problemas de forma colectiva. Así, además de aprender contenidos, desarrollar habilidades sociales, emocionales y de comunicación esenciales.
5. Zona de Desarrollo Próximo (ZDP)
Vygotsky también introdujo el concepto de Zona de Desarrollo Próximo, que se refiere a aquello que un niño no puede hacer solo, pero sí con la ayuda de otro. El ABP toma muy en serio este principio: el docente no da las respuestas, pero sí acompaña, guía y facilita el conocimiento.
Esto implica observar a cada alumno, saber en qué momento intervenir, cómo apoyar sin anular su iniciativa y cuándo retirar la ayuda para que avance con autonomía.
6. Interdisciplinariedad
Una base pedagógica del aprendizaje basado en proyectos en preescolar es la interdisciplinariedad, es decir, la integración de distintas áreas del conocimiento en un solo proyecto.
La vida real no está dividida en asignaturas y el aprendizaje tampoco debería estarlo. Al trabajar un proyecto, los niños pueden escribir (lenguaje), medir (matemáticas), observar fenómenos (ciencias), expresarse con dibujos o maquetas (arte), reflexionar sobre su entorno (formación cívica).
7. Evaluación formativa y auténtica
Desde su fundamento pedagógico, el ABP entiende la evaluación no como un fin, sino como una herramienta para el aprendizaje. No se trata solo de poner una calificación, sino de observar procesos, retroalimentar avances, valorar el esfuerzo, las habilidades, el trabajo en equipo, la creatividad y la resolución de problemas.
Esta evaluación es continua, formativa, integral y auténtica. Considera lo que el estudiante sabe hacer en contextos reales y cómo ha evolucionado durante el proyecto.
8. Educación centrada en el estudiante
El ABP se inspira en los principios de la escuela activa y personalizada, promovidos por María Montessori, Célestin Freinet y otros pedagogos. Ellos plantearon que la educación debe girar en torno al niño y no al sistema, respetando sus tiempos, intereses y estilos de aprendizaje.
En los proyectos, los alumnos pueden elegir temas, explorar desde sus inquietudes, tomar decisiones y asumir responsabilidades. Esto los hace más autónomos, motivados y comprometidos con su educación.

¿Cómo se implementa el ABP en preescolar?
Implementar el aprendizaje basado en proyectos en preescolar no es complicado, pero sí requiere planificación, sensibilidad, observación y flexibilidad.
A diferencia de otros niveles, en esta etapa los proyectos deben adaptarse a la forma natural en la que aprenden los niños. Para ello, se debe seguir este proceso:
1. Observación y elección del tema
Todo comienza con observar al grupo: ¿De qué hablan los niños? ¿Qué les emociona? ¿Qué les genera preguntas? ¿Qué juegos o temas aparecen una y otra vez en sus conversaciones?
A partir de esas observaciones, el docente propone una lluvia de ideas o conversa con ellos para elegir un tema. No debe ser complejo, sino cercano y relevante. En preescolar, el tema debe nacer del asombro y la curiosidad de los niños, no solo del plan educativo.
2. Formulación de la pregunta guía o situación significativa
Una vez elegido el tema, se formula una pregunta que guíe el proyecto. Esta pregunta debe ser abierta para poder desarrollarla. También debe ser retadora, pero fácil de entender y capaz de sostener la curiosidad de los niños.
La pregunta guía da sentido al proyecto y mantiene enfocado al grupo. Además de que debe dar material para investigar.
3. Exploración e investigación
Esta es la etapa más larga y rica del proyecto. Aquí los niños exploran el tema a través de múltiples experiencias, todas adaptadas a su nivel de desarrollo y educación.
Durante esta etapa, el aprendizaje se da en contexto, de forma activa y con todos los sentidos. El docente guía sin dirigir, dejando espacio para la espontaneidad y la iniciativa de los niños.
4. Creación del producto final
A medida que los niños exploran y descubren, llega el momento de construir algo juntos: un producto tangible que dé cierre al proyecto y que pueda compartirse con otros.
El producto final no tiene que ser complejo, pero sí significativo para el grupo. Este refuerza el aprendizaje, estimula la expresión creativa y permite compartir con la comunidad.
5. Evaluación del proceso
Adaptado al contexto de la Nueva Escuela Mexicana, el proceso de evaluación de estas metodologías activas en preescolar debe orientarse al alumno y no a la calificación.
Lo más importante no es el resultado, sino cómo cada niño creció, se expresó, convivió y aprendió durante el camino. Por ello es que se plantea que la educación debe ser continua y significativa.
6. Cierre y celebración
Todo proyecto debe cerrar con un momento de celebración, no solo del producto final, sino del proceso compartido. Puede ser una exposición, un convivio, una presentación o una asamblea con las familias.
Celebrar el proyecto refuerza el sentido de comunidad, motiva a seguir aprendiendo y deja huella emocional en los pequeños.
El aprendizaje basado en proyectos en la Nueva Escuela Mexicana
La NEM es el modelo educativo que se implementó en México tras la reforma educativa de 2019 buscando una educación con enfoque humanista, comunitario e inclusivo. En este modelo, el alumno deja de ser receptor de información y se convierte en agente activo de su aprendizaje. Aquí es donde el ABP encuentra terreno fértil.
Tanto la NEM como el ABP entienden que el aprendizaje ocurre de forma activa.
La NEM plantea que el conocimiento debe estar conectado con el entorno y la realidad social de cada estudiante. En el ABP, los proyectos surgen de problemáticas reales de la comunidad, de intereses locales o de contextos significativos para el grupo. Así, el aprendizaje se vuelve útil, relevante y contextualizado.
Por ello es que la NEM utiliza la enseñanza por proyectos en niños como una de sus estrategias educativas. Esto aplicándolo a cada nivel educativo, por ejemplo, a través del aprendizaje basado en proyectos en preescolar, primaria o en secundaria.
Ventajas del aprendizaje basado en proyectos en preescolar
En la educación preescolar, cada día es una oportunidad para aprender a través del juego. Los niños están llenos de preguntas, energía y curiosidad natural. Por eso, metodologías como el ABP en educación infantil son ideales para aprovechar esa etapa de desarrollo y sembrar aprendizajes significativos desde el inicio de la vida escolar.
De acuerdo con expertos, el uso de una metodología didáctica en educación preescolar como el ABP ofrece beneficios como:
1. Fomenta el aprendizaje activo y significativo
Los niños exploran, investigan, tocan, observan y participan activamente, haciendo que lo que aprenden tenga sentido y se relacione con su vida cotidiana. Cuando el aprendizaje es significativo, se recuerda mejor y se disfruta más.
2. Desarrolla habilidades sociales desde temprana edad
A través del juego, las conversaciones, la distribución de tareas y la resolución de problemas en equipo, los niños aprenden a trabajar con otros, a dialogar y a valorar la participación de todos. Esto fortalece la inteligencia emocional, la empatía y la construcción de vínculos positivos desde los primeros años.
3. Estimula la curiosidad y el pensamiento crítico
El ABP no da respuestas, genera preguntas. Y esa es una de sus grandes fortalezas. En lugar de decirle al niño cómo funciona algo, se le invita a preguntar, experimentar, predecir, probar y sacar conclusiones por sí mismo.

4. Favorece el desarrollo integral del niño
Un proyecto bien diseñado integra múltiples áreas del desarrollo infantil: lenguaje, pensamiento lógico, motricidad fina y gruesa, expresión artística, emociones, valores y más. De esta forma, en un mismo proyecto se trabajan diferentes materias y saberes.
5. Despierta la creatividad y la imaginación
Durante los proyectos educativos en preescolar, los niños tienen la oportunidad de crear con sus manos, expresar sus ideas, construir, inventar y representar. El ABP les permite experimentar con materiales, explorar soluciones originales y dar rienda suelta a su imaginación.
6. Involucra a las familias y a la comunidad
En el ABP, el aula se abre al mundo exterior. Se pueden realizar salidas, invitar a familiares, expertos, hacer excursiones o hacer exposiciones para los padres. Este vínculo con la comunidad y con las familias fortalece el sentido de pertenencia, el trabajo colaborativo y el reconocimiento de la comunidad y sus saberes.
Restos del aprendizaje basado en proyectos en preescolar
El aprendizaje basado en proyectos en preescolar es una de las metodologías más enriquecedoras. Implementar el ABP en la etapa inicial no es tarea fácil. Requiere flexibilidad, creatividad, formación constante y mucha observación.
Uno de los primeros retos es adaptar el ABP a niños de 3 a 5 años, quienes aún están en pleno desarrollo del lenguaje, la atención, la autorregulación y las habilidades sociales. No todos los niños pueden sostener un proyecto complejo por mucho tiempo.
Además, a diferencia de una planificación tradicional, el ABP exige un diseño más abierto, dinámico y personalizado, ya que los proyectos no siguen un guion fijo. El docente debe observar constantemente, adaptar las actividades según las reacciones de los niños y registrar todo el proceso.
También debemos destacar que no todos los docentes han sido formados en metodologías activas. En algunos casos existen resistencias al cambio por parte del personal escolar o incluso de las familias, que pueden no entender por qué “no están haciendo planas ni tareas” los niños.
La implementación actual del ABP en México
Si bien la NEM fue aprobada en el 2019 e implementada un año después, la misma aún sigue en proceso de maduración. Y es que si bien se ha impulsado el aprendizaje basado en proyectos en preescolar, primaria o secundaria, aún hay grandes retos por sortear.
Desde la preparación de los docentes con cursos que permitan actualizarse a las metodologías de aprendizaje activo hasta el presupuesto para materiales e infraestructura son grandes retos a sortear. ¿Qué pasa con las escuelas rurales? ¿Qué pasa con las zonas marginadas? Son algunas preguntas a responder.
Por ello es que si bien el aprendizaje basado en proyectos en preescolar plantea excelentes beneficios, también implica grandes retos. Su implementación continua en nuestro país y exige una mayor inversión en recursos materiales y humanos. Todo por el bien del desarrollo educativo y el bienestar de la infancia en México.