El juego es el lenguaje universal de la infancia. A través de él, los niños no solo se divierten, sino que también exploran, aprenden y desarrollan habilidades esenciales para su vida.
Actualmente existen distintas modalidades de juego en el contexto educativo, cada una con características, objetivos y beneficios particulares. Es por eso que en esta nueva entrada profundizaremos en los distintos tipos de juego en preescolar dentro del aula.

La importancia del juego en preescolar
El juego no es solo un pasatiempo, es un derecho reconocido por organismos internacionales como la ONU y la UNESCO. Incluso, diversos estudios han demostrado que los niños que juegan desarrollan mejores habilidades cognitivas, motoras, emocionales y sociales.
Por ello, el juego simbólico en preescolar es:
- Una forma de aprendizaje activo.
- Un espacio para el desarrollo socioemocional.
- Un laboratorio para la imaginación.
Con el contexto listo, veamos cómo cada uno de los tipos de juego para niños influyen en su desarrollo y bienestar.
El juego libre en preescolar
El juego libre es aquel que surge de manera espontánea, sin una guía o intervención por parte del adulto. Son los niños quienes deciden a qué y cómo jugar, con qué materiales, con quiénes y durante cuánto tiempo.
En este tipo de juego, la imaginación se convierte en la protagonista. Un bloque de madera puede ser un auto, un castillo o un teléfono, dependiendo de la creatividad del niño.
Beneficios del juego libre
- Fomenta la autonomía: El niño toma decisiones, planifica y resuelve problemas sin que un adulto marque el camino.
- Estimula la creatividad: Al no haber reglas impuestas, la imaginación se despliega al máximo.
- Favorece la autorregulación: Aprenden a organizar su tiempo y a autorregular su conducta.
- Desarrolla la capacidad simbólica: Los niños representan roles, situaciones y objetos a través del juego.
El rol del docente en el juego libre
Aunque el adulto no interviene directamente, su papel sigue siendo importante. Los docentes deben garantizar un entorno seguro, proveer materiales variados y observar cómo los niños se desenvuelven para identificar aprendizajes o necesidades específicas.
En este tipo de actividades lúdicas infantiles, además, deben intervenir en caso de algún conflicto para evitar que este escale. Por ejemplo, en un berrinche evitando alguna pelea o conflicto mayor.
El juego dirigido en preescolar
A diferencia del juego libre, el juego dirigido tiene una intención pedagógica clara y está guiado por el docente. No significa que se pierda la diversión, sino que la actividad responde a objetivos de aprendizaje previamente definidos. Por ello es que este es considerado como uno de los tipos de juego en preescolar más estructurados.
El maestro plantea las reglas, selecciona los materiales y conduce la dinámica, aunque los niños también tienen espacio para la creatividad y la interacción. De esta forma, el juego simbólico en preescolar es organizado, pero flexible.
Beneficios del juego dirigido
- Favorece aprendizajes específicos: Se pueden trabajar conceptos como números, letras, colores o nociones espaciales.
- Refuerza la disciplina y el respeto a reglas: Los niños aprenden a seguir instrucciones y comprender límites.
- Facilita la evaluación del docente: Permite observar si los niños alcanzan los objetivos planteados.
- Promueve la concentración y la atención: Al tener un propósito claro, se estimula el foco en la actividad.
El rol del docente en el juego dirigido
Dentro de estos tipos de juego en preescolar, el maestro actúa como guía, organizador y facilitador. Debe mantener el equilibrio entre dirigir la actividad y permitir que los niños disfruten y participen activamente.
Puede proponer ideas o dinámicas, pero dejar a la vez que los niños sean quienes decidan cómo jugar o desarrollar la temática propuesta.

El juego cooperativo en preescolar
El juego cooperativo es aquel en el que los niños trabajan en equipo para alcanzar un objetivo común. No se trata de competir, sino de colaborar y coordinar esfuerzos, algo así como unir fuerzas por un bien en común (o un premio).
Este tipo de juego es esencial en preescolar porque prepara a los niños para la vida en sociedad, enseñándoles valores como la solidaridad, la empatía y la corresponsabilidad. Por ello es que se incluye en los tipos de juego en preescolar que recomienda la NEM actualmente.
Beneficios del juego cooperativo
- Fomenta la socialización: Los niños aprenden a convivir, comunicarse y respetar turnos.
- Desarrolla habilidades socioemocionales: Aprenden a resolver conflictos, negociar y ponerse en el lugar del otro.
- Promueve la igualdad: Todos los niños participan con un rol importante, evitando la exclusión.
- Estimula el sentido de logro compartido: La satisfacción no es individual, sino colectiva.
El rol del docente en el juego cooperativo
Dentro de estos tipos de juego en preescolar, el adulto debe promover la equidad en la participación, animar a los más tímidos a integrarse y evitar que algunos niños monopolicen la actividad.
También debe guiar el proceso de resolución de conflictos para que los niños aprendan estrategias de convivencia pacífica y no a resolver todo con berrinches o golpes.
Diferencias clave entre juego libre, dirigido y cooperativo
Aunque todos los tipos de juego en preescolar son valiosos, cada tipo de juego aporta beneficios diferentes:
Tipo de juego | Quién lo dirige | Objetivo principal | Ejemplo típico |
Libre | El niño | Creatividad y autonomía | Inventar historias con disfraces |
Dirigido | El docente | Aprendizaje específico | Juego de clasificación de objetos |
Cooperativo | El grupo | Socialización y trabajo en equipo | Construcción colectiva de una torre |
Un aula rica en experiencias combina los tres tipos de juego para niños, logrando un aprendizaje integral.
¿Cómo integrar los tres tipos de juego en el aula?
El secreto detrás de estos tipos de juego en educación preescolar está en el equilibrio. Un día puede comenzar con un juego libre en los rincones del aula, continuar con una actividad dirigida sobre matemáticas y cerrar con un juego cooperativo en el patio.
De esta manera, se atienden las necesidades cognitivas, emocionales y sociales de los niños de manera equilibrada. Además, de que se evita que se considere al juego como una actividad “académica aburrida” por lo que los docentes deberán alternar entre los distintos tipos de juego en preescolar.