Gráficos interactivos para el aprendizaje infantil

Cómo involucrar a las familias en proyectos escolares en preescolar

El proceso de aprendizaje activo del preescolar no se limita al aula. Y es que este va más allá pues el verdadero aprendizaje ocurre cuando existe un puente sólido entre la escuela y el hogar. A su vez, dicho puente se construye con la participación activa de las familias.

Pero ¿Cómo involucrar a familias en proyectos escolares? Aquí profundizaremos en algunas estrategias que permiten involucrar a la familia en proyectos escolares efectivamente.

cómo involucrar a familias en proyectos escolares

La importancia de involucrar a familias en proyectos escolares

Involucrar a las familias en la educación preescolar de sus hijos es fundamental porque en esta etapa se construyen las bases del desarrollo cognitivo, social y emocional del niño, tanto dentro como fuera del aula.

Cuando los padres participan activamente, se refuerza la conexión entre lo que el niño vive en casa y lo que aprende en la escuela, generando coherencia, seguridad y motivación. Además, esta colaboración fortalece el vínculo afectivo, potencia la autoestima y promueve que el niño perciba la educación como un valor compartido por las personas más importantes de su vida.

De espectadores a coeducadores

Para que la participación familiar en proyectos ABP sea realmente efectiva, es necesario dejar atrás la idea de que los padres son solo espectadores de lo que se hace en la escuela. Los proyectos deben estar pensados para que ellos también puedan aportar, de forma directa o indirecta, aportando su tiempo, conocimientos y experiencias.

Esto implica que el docente no solo planifique actividades para el aula, sino que considere desde el inicio cómo incluir a las familias en la historia que quiere construir con los niños. Imaginemos un proyecto sobre la vida marina. No se trata únicamente de que los niños dibujen peces o vean documentales.

El aprendizaje puede ampliarse si en la etapa inicial se invita a los padres a proponer ideas, compartir experiencias o incluso participar como invitados en el aula. Por ejemplo, un padre que es pescador puede hablar sobre sus experiencias en el mar o, entre todos los padres, se puede programar una visita a algún acuario cercano.

Comunicación clara y constante

La comunicación es el hilo que sostiene cualquier esfuerzo por involucrar a familias en proyectos escolares. No basta con enviar notas o mensajes, es necesario mantener un contacto regular en el que se expliquen los objetivos del proyecto, los avances y la forma en la que la familia puede apoyar.

Cuando los padres comprenden que un proyecto sobre plantas no es solo “jugar a sembrar”, sino que busca desarrollar habilidades científicas, ampliar el vocabulario y fomentar la paciencia, la motivación para involucrarse aumentará.

Esta comunicación debe ser bidireccional. No se trata solo de informar, sino de escuchar activamente. Las familias tienen inquietudes, ideas e incluso recursos que pueden enriquecer el proyecto. Al abrir este espacio de diálogo, la escuela deja de ser una institución que “entrega” aprendizaje y pasa a ser una comunidad que lo construye.

estrategias para involucrar a familias en proyectos escolares

Extender el aprendizaje al hogar

Uno de los errores más comunes en la colaboración escuela hogar es limitarla a la asistencia a eventos o a la entrega de materiales. Para que el involucramiento sea auténtico, el aprendizaje debe salir del aula y llegar al hogar. Las actividades enviadas a casa deben invitar a la exploración y la creatividad, no a la repetición mecánica.

Por ejemplo, si el proyecto trata sobre el sistema solar, los niños podrían observar la luna junto a su familia durante una semana y registrar sus cambios. Si el tema es la gastronomía, podrían cocinar en casa, documentar el proceso con fotos y luego compartirlo en clase.

Este tipo de actividades no solo refuerzan el contenido académico, sino que crean momentos de conexión afectiva entre padres e hijos. Al involucrar a padres en el preescolar se logra fortalecer el vínculo familiar como consecuencia.

Integrar la tecnología para acortar distancias

No todas las familias tienen la posibilidad de asistir a la escuela en horario escolar, pero eso no significa que no puedan participar. Las herramientas digitales ofrecen una oportunidad única para acortar distancias.

Por ejemplo, un padre puede enviar un video mostrando un experimento hecho en casa, participar en una videollamada o mandar un audio por WhatsApp explicando una historia relacionada con el proyecto.

En comunidades con conectividad limitada, se pueden emplear estrategias más simples para involucrar a familias en proyectos escolares pero igual de efectivas, como los “cuadernos viajeros”, donde las familias registran experiencias y las devuelven al aula para compartirlas. Lo importante es que cada hogar tenga una puerta abierta para participar, adaptada a su contexto y posibilidades.

Construir comunidad a través de los proyectos

Más allá del trabajo puntual en el aula, los proyectos escolares pueden convertirse en espacios para fortalecer la colaboración escuela hogar. Organizar ferias, jornadas culturales o muestras artísticas permite que las familias no solo participen en el aprendizaje de sus hijos, sino que también se conozcan.

Estos encuentros generan redes de apoyo, crean sentido de pertenencia y muestran que la educación es un esfuerzo colectivo. Además, de que responde a los valores impulsados por la Nueva Escuela Mexicana donde se destaca la integración escuela-familia-comunidad.

Un proyecto sobre cuidado del medio ambiente, por ejemplo, podría culminar con una jornada de limpieza comunitaria en la que participen niños, padres y docentes. No solo se reforzaría el aprendizaje sobre ecología, sino que también se viviría una experiencia de colaboración real con la familia en proyectos escolares.

Desafíos y soluciones para la participación familiar

Aunque los beneficios de involucrar a las familias son evidentes, no siempre es un camino fácil. El tiempo limitado, el desinterés, las experiencias negativas previas o las dificultades económicas pueden ser obstáculos para involucrar a padres en el preescolar.

Lo bueno es que muchos de estos retos pueden superarse con flexibilidad y creatividad. Proponer actividades que requieran poco tiempo, adaptar las formas de participación para que no impliquen gastos y mantener un trato respetuoso y empático son estrategias que ayudan a involucrar a familias en proyectos escolares.

En lugar de medir la participación únicamente por la asistencia, es importante valorar la calidad de la interacción. Lo esencial es que la familia se sienta parte del proceso y el niño perciba que el aprendizaje es compartido.

Un compromiso que transforma

Involucrar a las familias en proyectos escolares de preescolar no es un complemento, es una necesidad. Los niños que crecen viendo a sus padres interesados en su educación desarrollan una motivación intrínseca por aprender y una visión más positiva de la escuela.

El involucrar a familias en proyectos escolares no solo mejora los resultados académicos, sino que fortalece el desarrollo emocional y social de los pequeños. Cuando la escuela abre sus puertas, no solo físicamente sino también en su forma de pensar, se transforma en un espacio donde la educación deja de ser tarea de los docentes y se convierte en un esfuerzo colectivo.

Al final, los proyectos escolares más exitosos no son los que se exhiben en una pared, sino los que logran que las familias y los niños vivan el aprendizaje como una experiencia que los une y los marca para toda la vida.

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