Como ya hemos repetido a lo largo de este blog, en muchas entradas, el juego es uno de los principales mecanismos de aprendizaje de los niños. A través de las experiencias vividas, los niños crean conexiones neuronales, desarrollan habilidades y guardan conocimientos.
Pero, dentro de las metodologías activas y aprendizaje en preescolar el juego se divide en diferentes tipos. Para entenderlos a fondo, aquí pondremos cara a cara el juego libre vs juego estructurado.

¿Qué es el juego libre?
El juego libre se refiere a aquellas actividades en las que el niño tiene el control absoluto. Es él quien decide a qué jugar, con qué materiales, cuánto tiempo y de qué manera. No hay instrucciones ni reglas externas que lo limiten, y el adulto se convierte en un observador o facilitador, sin dirigir la actividad.
Dentro del juego libre en el contexto de la educación infantil encontramos:
- Armar construcciones con bloques sin un modelo a seguir.
- Jugar a ser médicos, superhéroes o familias en un rincón de dramatización.
- Explorar texturas con arena, agua o plastilina.
- Correr, saltar o inventar sus propios juegos en el patio.
El valor del juego libre radica en que pone al niño en el centro del proceso, permitiéndole expresar su creatividad, autonomía y tomar sus propias decisiones.
¿Qué es el juego estructurado?
El juego estructurado es aquel que sigue un plan, unas reglas o una guía establecida, ya sea por un adulto o por el propio juego. Este tipo de juego se utiliza mucho en el ámbito educativo, ya que permite orientar a los niños hacia objetivos pedagógicos en la educación preescolar.
Dentro de los juegos estructurados encontramos ejemplos como:
- Juegos de mesa adaptados a la edad, como lotería o memoria.
- Actividades de educación física con reglas, como “las estatuas” o “carreras de relevos”.
- Talleres de arte con una consigna clara, como “dibujar la casa donde vives”.
- Dinámicas grupales organizadas por el docente para trabajar valores como la cooperación.
El valor del juego estructurado radica en que proporciona un marco de aprendizaje guiado, donde los niños aprenden a respetar reglas, seguir instrucciones y alcanzar objetivos.
Principales diferencias entre juego libre y juego estructurado
Aunque ambos son formas de juego, existen diferencias claras del juego libre vs juego estructurado. Para entenderlas ¡Creamos esta tabla!
| Aspecto | Juego libre | Juego estructurado |
| Control | Lo dirige el niño | Lo dirige el adulto o las reglas |
| Objetivo | Explorar, crear y disfrutar sin metas predefinidas | Aprender o practicar habilidades específicas |
| Flexibilidad | Totalmente abierto, sin limitaciones | Se siguen pasos o normas concretas |
| Rol del adulto | Observador y facilitador | Guía, organizador y evaluador |
| Tiempo | Sin duración definida, depende del niño | Se establece de antemano |
| Materiales | Cualquier objeto puede usarse libremente | Seleccionados de acuerdo al objetivo del juego |
En resumen, el juego libre ofrece autonomía y creatividad, mientras que el juego estructurado aporta disciplina y dirección pedagógica. Esta es quizás, la principal diferencia del juego libre vs juego estructurado.
Beneficios del juego libre
Además de entender las diferencias de juego libre vs juego estructurado, también es importante tomar en cuenta sus beneficios.
Fomenta la creatividad
Al no tener reglas, los niños inventan sus propios mundos, personajes e historias. Esta capacidad creativa será clave en la resolución de problemas futuros pues incentiva que piensen fuera de la caja (ser creativos).
Desarrolla la autonomía
El niño aprende a tomar decisiones, a planear y a gestionar su tiempo de juego. Esto refuerza su confianza y autoestima. Además de que es una forma útil de incentivar que sean más independientes y autónomos.
Estimula la autorregulación emocional
Durante el juego libre, los niños pueden representar emociones, procesar experiencias y liberar tensiones de manera natural. Además, este tipo de juegos, según abordan metodologías activas y aprendizaje en preescolar, ayuda a trabajar la inteligencia emocional y facilita el aprendizaje de conceptos complejos.

Beneficios del juego estructurado
¡Ahora viene la otra cara de la moneda en este juego libre vs juego estructurado! Los beneficios del juego estructurado en la educación infantil.
Enseña a seguir instrucciones
A través de este juego, los niños practican la escucha activa, la memoria y la capacidad de cumplir pasos para alcanzar una meta. Esto ayuda a que seguir instrucciones y respetar normas sea más fácil.
Desarrolla la disciplina y la tolerancia a la frustración
Al tener reglas claras, los pequeños aprenden a respetarlas y a manejar la frustración cuando no ganan o deben esperar turnos. Esto es crucial para reducir los berrinches y conflictos tanto dentro como fuera del aula.
Refuerza habilidades cognitivas específicas
Dependiendo de la actividad, el juego guiado puede fortalecer la memoria, la atención, el conteo, la clasificación, la motricidad fina o gruesa. Esto sucede, sobre todo, si es el docente el que lo guía.
Cómo equilibrar el juego libre y el juego estructurado
Para que los niños aprovechen lo mejor de ambos mundos, se recomienda establecer tiempos diferenciados. Por ejemplo, dedicar momentos del día al juego libre (por ejemplo, 30 minutos diarios) y otros al juego estructurado (actividades guiadas por el docente).
También se recomienda ofrecer variedad de materiales: Desde bloques, muñecos y disfraces para el juego libre, hasta juegos de mesa o consignas de arte para el estructurado. Por último, es importante observar sin intervenir demasiado. En el juego libre, el adulto debe estar disponible para facilitar pero no para dirigir.
Una dinámica estructurada puede dar pie a que después los niños continúen jugando libremente con los mismos materiales. Además, de reconocer que tanto la creatividad expresada en el juego libre como el cumplimiento de metas en el juego estructurado son indicadores de desarrollo.
¿Cuál es más importante: el juego libre o el juego estructurado?
La respuesta es sencilla: los dos son necesarios. No se trata de elegir uno sobre el otro, sino de equilibrarlos para ofrecer experiencias de aprendizaje variadas en preescolar. Además, de aprovechar los beneficios que cada uno tiene.
El juego libre brinda la oportunidad de que los niños exploren sin miedo a equivocarse, mientras que el juego estructurado les da la base para adquirir disciplina, valores y habilidades concretas.