Durante la infancia, los niños se enfrentan a un mundo lleno de emociones que muchas veces no saben cómo nombrar ni manejar. Sentir alegría, tristeza, enojo, miedo o sorpresa es parte de su día a día, pero comprender estas emociones y expresarlas de manera adecuada requiere una ruta de aprendizaje.
El juego de roles, también conocido como role playing en preescolar, permite a los niños ponerse en el lugar de otros, recrear situaciones de la vida cotidiana y experimentar emociones desde distintas perspectivas. Es por eso que aquí profundizaremos en los juegos de roles y emociones para niños como parte de su desarrollo socioemocional.

¿Qué son los juegos de roles?
Los juegos de roles consisten en representar situaciones o personajes reales o imaginarios, adoptando comportamientos, gestos, diálogos y emociones que les corresponden. Por ejemplo, los niños pueden jugar a ser doctores, maestros, bomberos, madres, padres, superhéroes o incluso animales, a través de estas representaciones donde exploran distintos contextos sociales y emocionales.
Existen dos tipos principales de juegos de roles y emociones para niños:
Juego de rol espontáneo: Surge naturalmente cuando los niños inventan historias y personajes sin guía directa de un adulto o una estructura pre definida.
Juego de rol dirigido: Se organiza con un propósito pedagógico o terapéutico, en el que un adulto propone roles y situaciones específicas para trabajar ciertas habilidades emocionales.
En ambos casos, el eje central es la simulación de experiencias emocionales y sociales que permiten a los niños realizar el reconocimiento de las emociones en el juego y practicar cómo reaccionar, comprender y expresar sentimientos.
La importancia del reconocimiento emocional en la infancia
El reconocimiento emocional es la capacidad de identificar lo que sentimos y ponerle nombre, así como reconocer las emociones en los demás a través de gestos, tono de voz y comportamientos.
Dicho aprendizaje es fundamental en la infancia porque mejora la regulación emocional, ayudando a manejar el enojo, la tristeza o la frustración de manera constructiva. Así como fortalece la empatía, al ayudar a que los niños entiendan lo que otros niños sienten.
Incluso se ha investigado que los juegos teatrales infantiles enfocados en emociones ayudan a prevenir problemas de conducta. Esto debido a que los pequeños aprenden a expresar emociones con palabras en lugar de hacerlo con agresividad.
Por supuesto que los juegos de roles y emociones para niños también tienen que ver con el éxito académico y social, ya que un niño que reconoce y gestiona sus emociones se adapta mejor en la escuela y en la convivencia diaria.
Relación entre juego de roles y desarrollo emocional
El vínculo entre los juegos de roles y el desarrollo emocional es total. Cuando un niño actúa como “doctor” que atiende a un paciente, tiene la oportunidad de imaginar cómo se siente alguien enfermo y cómo debe hablarle con cuidado.
De igual forma, al representar a un niño enojado o asustado dentro de los juegos teatrales infantiles, experimenta esas emociones de manera segura y aprende a reconocerlas.
Aquí el niño practica cómo reaccionar en situaciones que tal vez enfrente en la vida diaria lo que desarrolla la conciencia emocional. Todo esto, gracias a que al jugar logra ponerse en diferentes papeles y así comprende cómo varían las emociones según el rol y la situación.
Beneficios de los juegos de roles en el reconocimiento emocional
Para entender el papel de los juegos de roles y emociones para niños es necesario mirar cuáles son los beneficios que ofrecen.
1. Desarrollo de la empatía
Los niños que se ponen en el lugar de otra persona aprenden a comprender sus emociones. Si representan a un amigo que perdió un juguete, sienten la tristeza asociada y entienden cómo acompañar esa emoción o reaccionar adecuadamente.
2. Regulación de emociones intensas
El role playing en preescolar puede convertirse en un ensayo seguro para expresar el enojo o la frustración. Por ejemplo, al representar una discusión ficticia, los niños aprenden a usar palabras en lugar de gritos, golpes, llantos y berrinches.
3. Mejora de la comunicación
Los diálogos dentro de los juegos enriquecen el vocabulario emocional. Los niños aprenden a decir “estoy confundido” en lugar de limitarse a un “estoy mal”. Lo que ayuda a que los adultos entiendan mejor qué es lo que están viviendo.
4. Fortalecimiento de la autoestima
Al interpretar diferentes papeles, los pequeños descubren sus capacidades, se sienten competentes y desarrollan confianza en sí mismos a través del reconocimiento de las emociones en el juego.
5. Prevención de conflictos
Los niños que practican juegos de roles suelen resolver mejor los desacuerdos, ya que reconocen emociones en los demás y ajustan su comportamiento. Lo que ayuda a que el aula sea mucho más fácil de gestionar.

Ejemplos de juegos de roles para trabajar emociones
Si como docente quieres aprovechar todo el potencial de los juegos de roles y emociones para niños ¡Toma en cuenta estos ejemplos!
La tienda de emociones: Se simula una tienda donde los “clientes” compran emociones. Cada niño elige una emoción y la debe representar con gestos y palabras. Los demás adivinan de cuál se trata.
El hospital de los sentimientos: Un niño hace de médico y otro de paciente. El paciente “siente” algo (tristeza, enojo, alegría) y el doctor debe preguntar qué le pasa y darle un consejo para “curarse o sentirse mejor”.
El espejo mágico: En parejas, un niño hace de “espejo” y debe imitar las expresiones faciales del otro. Luego, ambos intentan adivinar qué emoción se está representando con los gestos y mímica.
Juegos de roles en la escuela según la Nueva Escuela Mexicana
En el aula, de acuerdo con la NEM, los juegos de roles son una herramienta pedagógica poderosa. Los docentes pueden incluir dinámicas semanales para trabajar la educación socioemocional, vinculando estas actividades con materias como el lenguaje o la educación física.
Su uso favorece la la integración del grupo, reducen conflictos y permiten que los niños con más dificultades para expresarse encuentren un canal alternativo de comunicación.
Además, de que al jugar a ser “otro”, los pequeños pueden conocerse mejor a sí mismos. Y ahí radica la magia de los juegos de roles: enseñar que sentir está bien, que todas las emociones son válidas y que aprender a manejarlas es un paso clave hacia el bienestar.