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Metodologías activas en educación preescolar: Guía esencial

La educación preescolar resulta la base de la educación en México pues durante esta etapa de 3 grados se crean los cimientos para el aprendizaje y desarrollo en la primaria.

Para garantizar una mejor enseñanza para los pequeños, no solo de conocimientos sino también de habilidades sociales, emocionales y motrices se desarrollaron las metodologías activas en educación preescolar. A continuación, profundizaremos en qué consiste cada una de ellas.

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¿Qué son las metodologías activas?

Las metodologías activas son formas de trabajo con enfoques pedagógicos centrados en el alumno, que fomentan su participación activa, reflexión y construcción del conocimiento a través de la experiencia directa.

A diferencia del modelo tradicional en el que el maestro transmite el conocimiento de manera unidireccional, estas metodologías promueven la autonomía, la colaboración y el pensamiento crítico desde pequeños.

En la educación preescolar se traduce como un aprendizaje activo enfocado en explorar su entorno, jugar, experimentar, comunicarse y resolver problemas de manera creativa.

Importancia de las metodologías activas en preescolar

La educación preescolar es una etapa decisiva para el desarrollo del niño. Diversas investigaciones demuestran que los métodos de enseñanza activa potencian el desarrollo cognitivo, emocional y social, al tiempo que fortalecen la motivación por aprender.

¿Por qué pasa esto con las metodologías activas basadas en evidencia en educación preescolar? Según estudios, estas son algunas razones:

  • Estimulación del pensamiento crítico y creativo: Los niños no solo memorizan, sino que entienden, analizan, entienden, comprenden y crean.
  • Fomento de la autonomía: El niño asume un rol activo y toma decisiones sobre su aprendizaje, sobre qué hacer, cómo reaccionar, etc.
  • Desarrollo de habilidades socioemocionales: Mediante la interacción con otros niños y adultos, el trabajo en equipo y la resolución de conflictos.
  • Mayor motivación: Al sentirse protagonistas, los niños se involucran más profundamente en las actividades escolares y extracurriculares.

Principios pedagógicos que sustentan estas metodologías

Para que las metodologías activas en educación preescolar tengan éxito, estas se sustentan en principios pedagógicos. A continuación te explicamos cada uno para entender cómo es que funcionan estas metodologías en la educación preescolar.

El niño como sujeto activo del aprendizaje

Este principio se centra en concebir al niño no como un recipiente vacío que hay que llenar, sino como un sujeto activo que piensa, se cuestiona, experimenta y construye significados. 

Mediante esta perspectiva permite romper con los modelos tradicionales de enseñanza en los que el adulto transmite conocimiento y el niño solo lo recibe. Al ser protagonista de su propio aprendizaje, el niño se involucra con mayor motivación, desarrolla autonomía y se vuelve capaz de tomar decisiones 

Esto implica que el rol del docente cambia pues ya no es el centro del proceso, sino un mediador que guía, acompaña y propone experiencias significativas que realmente enriquezcan al menor.

Aprendizaje situado y contextualizado

La siguiente de los principios de las metodologías en educación preescolar es considerada como una de las más efectivas pues se sitúa dentro de un contexto que es real, cercano, conocido e importante para el niño. 

Muchas metodologías de aprendizaje activo parten de esta idea: lo que se aprende debe tener sentido en el mundo cotidiano del infante. Por eso, se proponen situaciones de aprendizaje que conectan con la vida familiar, la comunidad, el entorno natural y social. 

Mediante esto el niño relaciona lo que aprende en la escuela con lo que vive fuera de ella, facilitando la transferencia del conocimiento y fomentando una comprensión más profunda.

Relación afectiva y vínculo pedagógico

Ningún aprendizaje es posible sin una relación de confianza, respeto y afecto entre el docente y el niño. Por ello, estas formas de enseñanza en la educación preescolar reconocen la dimensión emocional del aprendizaje y le dan un lugar.

Cuando existe un vínculo pedagógico sólido, el niño se siente seguro para explorar, equivocarse, preguntar y compartir. El docente, por su parte, se vuelve sensible a las necesidades, intereses y emociones del niño lo que ayuda a crear un ambiente que favorece el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y cognitivas.

Desarrollo integral del ser humano

Los principios en educación preescolar no se limitan al desarrollo cognitivo. Y es que estas también promueven el crecimiento integral del niño, entendiendo que el aprendizaje en esta etapa involucra cuerpo, emociones, pensamiento y relaciones sociales.

Esto se traduce en actividades que integran diversas áreas del desarrollo como la psicomotricidad, lenguaje, pensamiento lógico, expresión artística, convivencia y regulación emocional. El objetivo es formar niños completos, con capacidad para pensar, sentir y actuar en el mundo con responsabilidad y empatía.

Juego como medio fundamental de aprendizaje

El juego es el lenguaje natural del niño. Es a través del juego que explora su entorno, representa lo que vive, ensaya roles, resuelve conflictos y expresa sus emociones. Por eso, el modelo educativo actual de educación preescolar lo coloca como eje del aprendizaje en preescolar.

Vale la pena destacar que el juego no se trata solo de diversión, sino de una estrategia pedagógica intencionada. Juegos de roles, motores, de construcción o de reglas permiten al niño desarrollar habilidades cognitivas, sociales, lingüísticas y emocionales de forma espontánea y significativa.

Aprendizaje significativo y funcional

El aprendizaje tiene mayor impacto cuando está vinculado con las experiencias previas del niño y responde a necesidades reales. En este sentido, el aprendizaje activo es aquel que se conecta con lo que el niño ya sabe, con lo que le interesa y con lo que necesita aprender para desenvolverse mejor.

Además, también se busca que el conocimiento sea funcional, es decir, que tenga una aplicación práctica en la vida diaria. Esto se logra mediante proyectos, experimentos, resolución de problemas y actividades de la vida cotidiana que despiertan la curiosidad y fortalecen la autonomía.

Inclusión, equidad y justicia social

Un enfoque activo en la educación preescolar también implica una mirada inclusiva, que reconozca y valore la diversidad de los niños y niñas: sus formas de aprender, sus contextos, sus culturas y sus capacidades.

Los docentes tienen la responsabilidad de promover ambientes educativos donde todos tienen un lugar, donde se escucha cada voz y se eliminan las barreras para el aprendizaje y la participación. Esto requiere adaptaciones pedagógicas y una postura ética de respeto a la dignidad de cada infante.

Interculturalidad crítica

En sociedades diversas, la interculturalidad en el aula no es una opción, es una realidad. Promueven una interculturalidad crítica, que no se limita a celebrar las diferencias, sino que cuestiona las relaciones de poder, los estereotipos y los prejuicios.

Desde edades tempranas, es posible fomentar actitudes de respeto, diálogo y convivencia entre culturas como lo promueve la Nueva Escuela Mexicana. Esto se logra incluyendo contenidos, lenguas, tradiciones y saberes de diferentes grupos en las actividades escolares, y promoviendo la reflexión sobre la igualdad y la convivencia.

Observación, escucha y documentación pedagógica

Una característica central de estas metodologías es que parten del niño: de lo que hace, dice, siente y necesita. Allí, el docente se convierte en un observador atento y un escucha genuina.

La documentación pedagógica es una herramienta clave en este proceso. A través de registros, fotografías, grabaciones o muestras de trabajo, el docente da cuenta del proceso de aprendizaje y desarrollo de cada niño.

Evaluación formativa y continua

Por último, las metodologías activas de educación preescolar se acompañan de una evaluación coherente con su enfoque: una evaluación formativa, que acompaña el proceso, en lugar de centrarse solo en los resultados.

En lugar de medir únicamente los logros académicos, se observa el progreso individual, se valoran los procesos, se brindan retroalimentaciones y se ajustan las estrategias de enseñanza. Esta evaluación es continua, cualitativa y participativa, lo que permite una comprensión más profunda del desarrollo de cada niño.

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Metodologías activas más efectivas en preescolar

Con los pilares comprendidos, es momento de desarrollar cada una de las metodologías activas en educación preescolar.

Aprendizaje basado en el juego

  • Fundamento: El juego es el medio natural de aprendizaje del niño.

En el preescolar, el juego no solo es una actividad recreativa, sino el pilar central del aprendizaje. A través del juego, los niños interpretan su realidad, expresan emociones, ensayan roles sociales y exploran conceptos matemáticos, lingüísticos y científicos sin darse cuenta.

Las metodologías activas en educación preescolar reconocen que el juego es un vehículo potente para el desarrollo cognitivo, emocional y social. Juegos de roles, motores, de construcción y de reglas fomentan el pensamiento crítico, la toma de decisiones, la empatía y la autorregulación.

Aprendizaje significativo

  • Fundamento: El niño aprende cuando lo que aprende tiene sentido y se relaciona con su vida.

El aprendizaje se vuelve más profundo y duradero cuando conecta con el día a día y los intereses del niño. No basta con presentar contenidos meramente académicos: es necesario que estos cobren sentido para el infante y que respondan a su rutina diaria.

En la educación preescolar, esto implica usar situaciones familiares, como ir al mercado, celebrar una festividad local o hablar de sus mascotas, para introducir conceptos de matemáticas, lenguaje o ciencias. Así, el niño no memoriza, sino que construye conocimiento que puede aplicar y reconocer en su entorno.

Exploración del entorno y del cuerpo

  • Fundamento: Los niños son curiosos por naturaleza, despertar dicha curiosidad motivará un aprendizaje activo auténtico.

Desde que nacen, los niños son exploradores. Tocan, observan, escuchan, prueban y se mueven para entender el mundo. Por eso, las metodologías activas fomentan experiencias que partan de la exploración sensorial, motriz, del medio físico y social.

Caminar por el jardín, tocar distintos materiales, descubrir los sonidos del cuerpo, interactuar con objetos naturales, etc. Son experiencias que favorecen el desarrollo de habilidades motoras, cognitivas y de conciencia corporal, y despiertan la curiosidad científica desde los primeros años.

Trabajo por proyectos

  • Fundamento: Se parte de los intereses del grupo para desarrollar aprendizajes integrales.

El trabajo por proyectos es una estrategia que permite a los niños investigar, experimentar y aprender de forma significativa y colaborativa. Se inicia a partir de un tema que despierta el interés del grupo y se construye un recorrido educativo que integra diversas áreas del conocimiento.

Durante un proyecto, los niños formulan preguntas, plantean hipótesis, realizan investigaciones, producen materiales y comparten hallazgos. Este enfoque promueve el aprendizaje activo, el pensamiento crítico y la creatividad, mientras que el docente asume un rol de guía del proceso.

Aprendizaje colaborativo

  • Fundamento: Los niños aprenden de y con los otros.

Aprender no es una tarea individual. En el nivel preescolar, las interacciones con los compañeros son una fuente importante de conocimiento. Compartir, negociar, cooperar, resolver conflictos y construir ideas colectivamente fortalece tanto el aprendizaje académico como las habilidades sociales.

El aprendizaje colaborativo se logra a través de dinámicas en grupo, juegos cooperativos, actividades de ayuda mutua y espacios para el diálogo. Además, fomenta el respeto por la diversidad, la empatía y la construcción de normas de convivencia. El docente tiene la tarea de mediar y crear un ambiente donde todos puedan participar.

Pedagogía del cuidado y la ternura

  • Fundamento: El aprendizaje se construye en un ambiente emocionalmente seguro.

Un niño aprende mejor cuando se siente amado, respetado y seguro. La pedagogía del cuidado y la ternura reconoce que las emociones son parte fundamental del proceso educativo. No se puede aprender si se tiene miedo, si se siente rechazo o si no hay un vínculo con el docente.

Por ello, esta pedagogía propone relaciones basadas en el respeto, la contención emocional, la empatía y el acompañamiento. El adulto debe ser un referente confiable, sensible a las necesidades del niño, capaz de consolarlo, alentar y celebrar sus logros sin juicios.

Intervención educativa situada

  • Fundamento: El contexto (cultural, familiar, social) es parte del proceso educativo.

Cada grupo de niños es diferente. La intervención educativa situada reconoce esta diversidad y adapta las prácticas pedagógicas al contexto específico en el que se encuentran los alumnos.

Esto implica observar, escuchar y comprender la realidad de cada niño y su familia. También significa incluir elementos culturales propios del entorno, usar los recursos del barrio o comunidad y trabajar en colaboración con las familias.

Aprendizaje transversal e interdisciplinario

  • Fundamento: El aprendizaje no está fragmentado por asignaturas.

En la educación preescolar, los niños no aprenden por materias separadas. Las metodologías activas en educación preescolar proponen una enseñanza transversal, donde un solo tema o experiencia puede abordar múltiples áreas del conocimiento de forma natural.

Por ejemplo, al preparar una ensalada en el aula, los niños pueden desarrollar habilidades motoras (cortar, mezclar), matemáticas (contar ingredientes), lenguaje (seguir instrucciones), ciencias (conocer alimentos y procesos) y valores (trabajo en equipo, higiene). 

Cómo implementar metodologías activas en educación preescolar paso a paso

Implementar las metodologías activas en educación preescolar en el aula preescolar requiere de planificación. Aquí detallamos cada paso que se debe seguir para lograr con éxito la implementación de las metodologías activas en educación preescolar.

Diagnóstico inicial

Antes de iniciar cualquier actividad, el docente debe conocer a fondo a su grupo: intereses, nivel de desarrollo, estilos de aprendizaje y contexto familiar.

Esto se puede lograr mediante entrevistas con las familias, observación directa en el aula y actividades de exploración inicial.

Diseño de experiencias significativas

Para diseñar experiencias, el docente debe comenzar con el diagnóstico. A partir del mismo se diseñan propuestas de aprendizaje abiertas, retadoras y relacionadas con la vida cotidiana.

Es fundamental que las actividades despierten la curiosidad, tengan un propósito claro y permitan múltiples formas de participación, así como de aprendizaje activo.

Preparación del ambiente

El aula debe organizarse de forma que promueva la autonomía, la interacción y el movimiento libre. Los materiales deben ser accesibles, variados, seguros y estéticamente atractivos.

Recordemos que el ambiente físico actúa como un maestro que guía al niño. Incluso algunas metodologías activas en educación preescolar incorporan a los niños en la organización del espacio escolar.

Facilitación activa

Durante las actividades, el docente se convierte en guía y acompañante. Escucha, observa, plantea preguntas, sugiere caminos alternativos y documenta el proceso. No dirige, sino que estimula el pensamiento autónomo y la colaboración entre los niños.

Un profesor que impone y actúa como jefe hará que la educación preescolar no resulte positiva ni favorezca el desarrollo de los niños y niñas.

Documentación del proceso

Registrar lo que ocurre en el aula permite visibilizar el aprendizaje y reflexionar sobre que se está haciendo bien y qué mal. Se pueden usar fotografías, videos, grabaciones de voz, transcripciones de conversaciones y dibujos de los niños.

De acuerdo con la Nueva Escuela Mexicana a nivel preescolar, esta documentación también sirve para compartir con las familias y fortalecer el vínculo con las escuelas.

Evaluación continua

La evaluación no es un evento final, sino un proceso permanente que orienta la práctica docente, como el aprendizaje activo. A través de la observación sistemática, el docente identifica logros, dificultades y necesidades de ajuste en las estrategias didácticas.

De igual forma, la evaluación continua permite modificar sobre la marcha los planes de estudio para garantizar que todos aprendan. Además, de que se pueden adaptar las metodologías activas en educación preescolar a los contextos particulares.

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¿Cómo se relacionan las metodologías activas en educación preescolar con el plan de trabajo de la SEP?

Las metodologías activas en educación preescolar no solo enriquecen la práctica docente, sino que también están alineadas con los principios y objetivos del Plan de Estudios 2022 de la Secretaría de Educación Pública (SEP) en México.

Este plan, enmarcado en la Nueva Escuela Mexicana, promueve una educación centrada en el estudiante, con un enfoque humanista, inclusivo y comunitario. Las metodologías activas, como el aprendizaje basado en proyectos, el juego, el trabajo colaborativo y la exploración del entorno, son herramientas clave para lograr estos objetivos.

La implementación de metodologías activas en la educación preescolar no solo es una práctica pedagógica efectiva, sino que también responde a las directrices de la SEP. Al adoptar estas metodologías, los docentes contribuyen al desarrollo integral de los niños y niñas, fomentando su autonomía, pensamiento crítico, creatividad y habilidades sociales.

Preguntas frecuentes sobre metodologías activas en educación preescolar

¿Qué principios sustentan las metodologías activas en educación preescolar?

Entre los principios clave están: el niño como sujeto activo del aprendizaje, el aprendizaje significativo y contextualizado, el vínculo afectivo con el docente, el desarrollo integral y el juego como eje pedagógico.

¿Por qué el juego es tan importante en las metodologías activas?

Porque es el lenguaje natural del niño. A través del juego, los niños exploran su entorno, expresan emociones, ensayan roles sociales y desarrollan habilidades cognitivas, físicas y sociales de forma significativa.

¿Qué metodologías activas son más efectivas en el nivel preescolar?

Algunas de las más efectivas incluyen el aprendizaje basado en el juego, el trabajo por proyectos, el aprendizaje colaborativo, la pedagogía del cuidado y la exploración del entorno.

¿Cómo se adapta la enseñanza a las necesidades individuales del niño?

Las metodologías activas permiten adaptar actividades a distintos estilos y ritmos de aprendizaje, favoreciendo una educación inclusiva que respeta los intereses, capacidades y contextos de cada niño.

¿Cómo se implementan paso a paso las metodologías activas en preescolar?

El proceso incluye: diagnóstico inicial del grupo, diseño de experiencias significativas, preparación del ambiente, facilitación activa, documentación del proceso y evaluación continua.

¿Qué papel tiene el docente en las metodologías activas?

El docente deja de ser el transmisor de conocimientos y se convierte en un guía que propone, observa, escucha, acompaña y facilita experiencias de aprendizaje significativas para los niños.

¿Están las metodologías activas alineadas con el plan de estudios de la SEP?

Sí. Las metodologías activas están totalmente alineadas con el Plan de Estudios 2022 de la SEP, especialmente con el enfoque de la Nueva Escuela Mexicana que promueve una educación centrada en el estudiante.

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