Gráficos interactivos para el aprendizaje infantil

Cómo construir relaciones afectivas positivas en el aula

En el aula no solo se aprenden letras, números o historia, también se cultivan emociones, se forjan vínculos y se viven experiencias que marcarán la vida de los niños y niñas.

Allí es donde el aula juega un papel importante en la creación de relaciones afectivas en el aula. Y es que, el cómo lograrlo en medio de la rutina escolar, los desafíos de conducta o la presión por cumplir programas académicos es todo un reto. Por ello es que aquí profundizaremos en cómo es que se consiguen crear dichas relaciones.

cómo construir relaciones afectivas en el aula

¿Por qué son importantes las relaciones afectivas en el aula?

Las relaciones afectivas en la infancia son el cimiento de un clima escolar empático, respetuoso y colaborativo. Numerosos estudios han demostrado que el afecto, la empatía y el respeto en las interacciones dentro del aula impactan directamente en el rendimiento académico, la autoestima, el desarrollo emocional y la conducta de los estudiantes.

Un niño que desarrolla un vínculo afectivo entre docente alumno sólido está más dispuesto a participar, a equivocarse sin miedo y a esforzarse por aprender. En cambio, un estudiante que experimenta rechazo, indiferencia o tensión afectiva, puede retraerse, presentar conductas disruptivas o desmotivarse.

Rol del docente como figura afectiva clave

Los docentes no solo transmiten conocimiento, también modelan las emociones en el aula. Su actitud, tono de voz, expresiones, manera de resolver conflictos y forma de crear un vínculo afectivo entre docente alumno tienen un impacto profundo.

Un maestro cercano, justo, amable y coherente tiene el poder de generar un entorno seguro donde los estudiantes se sientan cuidados y respetados. Eso sí, el vínculo docente-alumno no debe confundirse con una amistad, sino con una relación profesional basada en el respeto, la empatía y la guía emocional.

Clima afectivo positivo: Un ambiente que abraza

Más allá del vínculo individual, es vital construir un clima emocional en preescolar positivo en todo el grupo. Esto implica un entorno donde se valoren las emociones, se fomente la escucha activa y se promueva la colaboración en lugar de la competencia.

Para lograrlo, el docente puede:

  • Utilizar un lenguaje emocional en clase: “¿Cómo se sienten hoy?”, “¿Qué emoción te provocó esa historia?”, “¿Qué harías si estuvieras en su lugar?”
  • Promover la resolución pacífica de conflictos con de forma pacífica.
  • Fomentar actividades que impliquen cooperación como juegos en equipo o proyectos.
  • Celebrar las diferencias y promover la inclusión como un valor del grupo, así como lo destaca la NEM.

Recordemos que un aula donde los estudiantes se sienten emocionalmente seguros es un terreno fértil para el aprendizaje y el desarrollo integral de los más pequeños.

La empatía como herramienta diaria

La empatía no es solo una habilidad social, es una actitud diaria que transforma la convivencia y mejora la gestión de las emociones en el aula. Enseñar a ponerse en el lugar del otro, comprender emociones ajenas y actuar con respeto es clave para mejorar las relaciones entre pares.

El docente puede fomentar la empatía mediante actividades como lecturas de cuentos que expongan situaciones emocionales diversas. Los juegos de roles donde los alumnos se pongan en el lugar del otro también son una buena forma de desarrollar la empatía.

Cuando los estudiantes desarrollan empatía, los conflictos disminuyen y crecen los vínculos solidarios, además, de que se fortalece la cohesión del grupo.

Comunicación afectiva: Hablar desde el corazón

Una comunicación afectiva en el aula se basa en el respeto, la claridad y la sensibilidad. Esto implica hablar con sinceridad, sin herir; escuchar sin interrumpir y dar espacio a las emociones sin invalidarlas. Todo esto, incluye en el clima emocional preescolar.

Para ello, el docente debe de validar las emociones sin juzgar, así como permitir que los niños se expresen sin miedo a que se rían de ellos. De esta forma, no solo se mejoran los vínculos entre alumno-alumno, también se fortalece el vínculo afectivo entre docente alumno.

cómo construir relaciones afectivas en el aula

Actividades para fortalecer el vínculo afectivo

En el contexto de las metodologías de aprendizaje actual, existen estrategias que incentiven la creación de relaciones afectivas en el aula. Algunas de las más utilizadas hoy en día son:

El buzón de las emociones

Cada semana, los alumnos pueden dejar mensajes anónimos sobre cómo se sienten o qué les preocupa. Luego se pueden leer en grupo, sin nombres y debatir sobre ello.

El amigo secreto positivo

Durante una semana, cada estudiante debe observar a otro y dejarle mensajes o detalles positivos como puede ser un dibujo, una palabra, un dulce, etc.

Círculo de gratitud

Una vez por semana, el grupo forma un círculo y cada quien agradece a otro por algo que hizo o dijo por el otro.

Historias que nos unen

Cada quien cuenta algo de su vida que lo marcó y el resto puede preguntar con respeto. Esto genera empatía, confianza y humanidad.

Estas dinámicas deben ser siempre acompañadas por el docente para garantizar el respeto y la seguridad emocional de quienes expresan algo más privado o sus sentimientos.

El manejo de conflictos como oportunidad de aprendizaje afectivo

Los conflictos son inevitables, pero bien gestionados, se convierten en oportunidades para aprender a convivir, escuchar y crear relaciones afectivas en el aula sanas.

Ante un conflicto, el docente deberá evitar juicios inmediatos y escuchar ambas partes con respeto. También deberá promover la mediación entre los estudiantes involucrados, así como enseñar a pedir disculpas sinceras y a perdonar sin resentimiento.

El docente también deberá hablar con el grupo sobre cómo se pueden prevenir situaciones similares. Esto para convertir un conflicto en una experiencia formativa que fortalece las relaciones afectivas en el aula.

Inclusión y afectividad: Todos y todas tienen un lugar

Construir relaciones afectivas en el aula también implica incluir a todos los estudiantes, sin importar su origen, habilidades, religión o identidad. La discriminación, el rechazo o el aislamiento emocional pueden marcar la infancia para siempre.

Así como lo indica la Nueva Escuela Mexicana, se debe visibilizar y valorar la diversidad desde pequeños. Además, de garantizar que todos participen en actividades grupales. Esto debido a que, cuando un grupo es verdaderamente inclusivo, se potencia el desarrollo emocional de todos.

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