El Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) se ha consolidado como una de las metodologías activas más efectivas en la educación infantil. Con el aprendizaje activo y las experiencias significativas como objetivo, hoy el ABP es el eje del modelo educativo nacional.
Para que esta metodología funcione necesita que todas sus partes se integren adecuadamente. Por ello, es que aquí exploraremos sobre cómo es que se desarrolla el trabajo en equipo en ABP infantil.

¿Qué es el ABP y cómo se aplica en la educación infantil?
El aprendizaje basado en proyectos es una metodología en la que los niños aprenden investigando, explorando y resolviendo desafíos reales o simulados mediante la creación de proyectos concretos. En lugar de recibir conocimiento de manera pasiva, los alumnos construyen su propio aprendizaje a partir de temas que captan su interés.
En el caso de la educación infantil, el ABP se adapta a las características y necesidades de los niños de entre 3 y 6 años de preescolar. Por ejemplo, los proyectos suelen ser interdisciplinarios y se basan en juegos, actividades sensoriales, arte, experiencias prácticas y cooperación infantil.
Este enfoque permite integrar los campos formativos del currículo como lenguaje, pensamiento matemático, conocimiento del mundo natural y social, motricidad, artes y desarrollo personal y social de manera orgánica y significativa.
¿Por qué el trabajo en equipo en ABP infantil es tan importante?
Desde edades tempranas, los niños comienzan a interactuar con sus pares. Estas habilidades sociales básicas se transforman en capacidades de trabajo colaborativo en ABP infantil cuando estas se desarrollan en un entorno que promueve la colaboración.
En el ABP, el trabajo en equipo no es un complemento, sino un componente central. Los niños no solo aprenden de su maestra, sino también entre ellos. A través de dinámicas grupales, juegos cooperativos y actividades, los pequeños se enfrentan al reto de escuchar, opinar, resolver desacuerdos, construir acuerdos y alcanzar metas comunes.
Además, las dinámicas de grupo preescolar favorecen la inclusión y el respeto por la diversidad, ya que todos los niños, independientemente de su contexto, características, etc.
Habilidades que se desarrollan a través del trabajo en equipo en ABP
El trabajo en equipo en ABP infantil impulsa una variedad de competencias que van más allá del conocimiento académico. Algunas de las más importantes son:
1. Comunicación oral
Los niños aprenden a expresar sus ideas con claridad, escuchar a otros y participar en diálogos respetuosos. En las reuniones, se animan a usar frases más elaboradas, vocabulario completo y a tomar turnos para hablar.
2. Resolución de conflictos
En todo proyecto grupal pueden surgir diferencias. El ABP brinda oportunidades para que los niños negocien, lleguen a acuerdos y entiendan que los conflictos pueden resolverse de manera pacífica.
3. Responsabilidad compartida
Cuando se reparte el trabajo de manera equitativa, cada niño entiende que su aportación es valiosa. Esto fortalece su sentido de pertenencia y compromiso con el grupo fomentando así la cooperación infantil.
4. Empatía y colaboración
Los niños, a través del ABP, aprenden a considerar las emociones y necesidades de los demás, a ayudar a quien lo necesita y a celebrar los logros colectivos. Esto los vuelve mucho más empáticos y presentes.
5. Pensamiento crítico y creativo en grupo
El intercambio de ideas enriquece la solución de problemas. Los niños piensan mejor cuando lo hacen acompañados y cuando pueden nutrirse de otras perspectivas. Mediante el trabajo colaborativo en niños se consigue detonar la imaginación y creatividad.

Estrategias para fomentar el trabajo en equipo en proyectos ABP
A pesar de que los niños pequeños están en una etapa egocéntrica del desarrollo, existen diferentes dinámicas de grupo preescolar para fomentar la colaboración en el aula infantil. Algunas estrategias útiles son:
1. Diseñar proyectos con metas colectivas
Los proyectos deben plantearse con un producto final que dependa de la participación de todos. Por ejemplo, una maqueta, una obra de teatro, una exposición, una clase abierta, etc. Esto motiva a los niños a trabajar en conjunto.
2. Utilizar grupos pequeños y rotativos
Formar pequeños equipos favorece la interacción. Los grupos pueden cambiar a lo largo del proyecto para que los niños colaboren con diferentes compañeros y desarrollen habilidades sociales y de comunicación.
3. Asignar roles simbólicos
Aunque en la infancia no se trata de roles fijos o formales, es posible asignar funciones simbólicas como “portavoz”, “organizador de materiales”, “dibujante del grupo” o “fotógrafo”. Esto fortalece la participación y la corresponsabilidad, así como puede motivarlos al hacerlos sentir “importantes”.
4. Promover el diálogo mediante preguntas abiertas
Durante las actividades, el docente puede lanzar preguntas que inviten a pensar y discutir en grupo: “¿Cómo lo haríamos entre todos?”, “¿A quién podemos pedir ayuda?”, “¿Qué opinan ustedes?”, “¿Cuál opción les parece mejor?”. Este puede ser un detonante para el trabajo en equipo en ABP infantil.
5. Incluir juegos cooperativos
El juego es la principal herramienta de aprendizaje en la infancia. Juegos como construir una torre entre varios, pasar una pelota sin que se caiga o resolver un laberinto en equipo, son ideales para desarrollar el trabajo en equipo.
6. Reflexionar juntos sobre el proceso del proyecto
Al finalizar los proyectos, se pueden realizar asambleas donde se invite a los niños a hablar sobre cómo se sintieron trabajando en equipo, qué aprendieron de sus compañeros y qué mejorarían para la próxima vez.
El rol del docente como mediador del trabajo en equipo
El adulto tiene un papel crucial facilitando el trabajo en equipo en ABP infantil. No se trata sólo de juntar a los niños, sino de guiar, modelar y acompañar el proceso colaborativo. Algunas tareas importantes del docente son:
- Observar las interacciones para detectar fortalezas y necesidades.
- Intervenir cuando hay conflictos, sin imponer soluciones, sino ayudando a que los niños encuentren sus propias alternativas.
- Dar visibilidad a las aportaciones de todos, validando los esfuerzos y reconociendo la colaboración.
- Proporcionar materiales y espacios adecuados para trabajar en grupo.
- Fomentar un clima emocional seguro donde todos se sientan aceptados y valorados.
Incentivar el trabajo en equipo desde la primera infancia, a través del ABP, es sembrar las semillas de una ciudadanía más humana, participativa y solidaria. Los niños aprenden que juntos se llega más lejos, y eso, sin duda, es uno de los aprendizajes más valiosos que podemos ofrecerles desde el aula.