La educación preescolar es la base del desarrollo integral de los niños. En esta etapa, los pequeños aprenden no solo habilidades académicas, sino también socioemocionales que los acompañarán toda la vida.
En los últimos años, prácticas como el yoga y el mindfulness han cobrado fuerza como herramientas educativas capaces de mejorar la atención, la autorregulación emocional y la convivencia en el aula. Pero surge una pregunta clave: ¿Cómo integrar el yoga y mindfulness para preescolares? ¡Aquí te lo contamos!

¿Qué es el yoga y el mindfulness en la infancia?
El yoga infantil no es una versión reducida del yoga adulto, sino una adaptación lúdica que combina posturas físicas (asanas), movimientos, respiración y juegos que ayudan a los niños a conocer su cuerpo, mejorar su coordinación y conectar con su entorno.
El mindfulness, por su parte, es la práctica de prestar atención plena al momento presente, con aceptación y sin juicio. En la educación infantil se traduce en actividades sencillas como escuchar sonidos, prestar atención a la respiración, observar objetos con detalle o identificar emociones.
Beneficios del yoga y el mindfulness en preescolares
De acuerdo con especialistas en desarrollo socioemocional en preescolar, estos son algunos de los beneficios que ofrece integrar el yoga y meditación mindfulness en el preescolar.
1. Desarrollo socioemocional
Los niños que practican mindfulness aprenden a nombrar y reconocer sus emociones. Esto reduce los berrinches y facilita la convivencia. El yoga, además, fomenta valores como la paciencia y el respeto.
2. Mejora de la atención y concentración
Ejercicios cortos de respiración o movimientos conscientes ayudan a los pequeños a centrar su energía antes de una actividad académica lo que mejora su concentración, atención y desempeño académico.
3. Regulación del estrés
Aunque parezca increíble, los niños también experimentan estrés escolar. Juegos de respiración profunda o momentos de silencio enseñan a los pequeños a encontrar calma. Lo que mejorará su salud mental considerablemente.
4. Desarrollo físico y motor
El yoga mejora la flexibilidad, equilibrio y fuerza. Esto no solo impacta en la salud física, también en la confianza y la autopercepción corporal. Permite conocer tus capacidades, tus habilidades motoras finas y gruesas, así como tu fuerza.
5. Clima positivo en el aula
Cuando se integran estas prácticas de manera constante, el aula se convierte en un espacio más armonioso, con menos conflictos y mayor cooperación. Lo que ayuda a los docentes de preescolar a tener un mejor control del aula.
Retos de integrar estas prácticas en preescolar
Aunque los beneficios son claros, las escuelas enfrentan ciertos desafíos al implementar prácticas como el yoga y mindfulness para preescolares. Algunos de los principales obstáculos a sortear son:
- Tiempo limitado en el horario escolar.
- Capacitación docente insuficiente.
- Resistencia cultural por parte de los padres.
- Adaptación a la edad y condición de los pequeños.
La clave está en adaptar, simplificar y normalizar estas prácticas como parte del día escolar sin que esto implique una gran inversión.
Estrategias para integrar yoga y mindfulness en la escuela
Para entender mejor cómo implementar el yoga y mindfulness para preescolares, los especialistas en desarrollo socioemocional en preescolar recomiendan seguir estas estrategias:
Micro momentos de mindfulness
No se necesita una clase larga de yoga. Bastan 2 o 3 minutos al inicio del día o después del recreo para realizar respiraciones profundas o escuchar sonidos del entorno. Esto puede convertirse en parte de la rutina diaria.
Yoga a través de juegos y cuentos
Los niños aprenden mejor cuando juegan. Por ejemplo se pueden ejemplificar las posturas (asanas) a través de ejemplos del día a día. Tal vez, la postura del árbol se puede explicar representando un árbol que crece fuerte con raíces profundas.
Rincones de la calma
Destinar un pequeño espacio del aula con cojines, dibujos de respiración o botellas de la calma. Allí, los niños pueden ir cuando necesitan tranquilizarse. No se requiere gran inversión pues incluso, se puede crear con donaciones o materiales reciclados.
Música y silencio
Se recomienda incorporar campanillas, tambores o sonidos suaves para señalar el inicio y final de una práctica. El sonido se convierte en un ancla para llevar la atención al presente. Para ello, puedes usar una bocina y videos de YouTube o un CD y una grabadora.
Involucrar a las familias
Otra forma de implementar el yoga y mindfulness para preescolares es enviar a las familias pequeñas guías o videos a casa ayuda a que los padres comprendan y acompañen la práctica. Esto evita malentendidos y refuerza la confianza en estas prácticas.
Capacitación docente
Los maestros no necesitan ser instructores certificados de yoga, pero sí pueden formarse en técnicas básicas y adaptadas a la infancia. Talleres breves y recursos digitales son un buen punto de partida.

Recomendaciones para docentes sobre el yoga y mindfulness para preescolares
Para que esta práctica tenga éxito dentro del contexto de la educación infantil se recomienda:
- Usar un lenguaje simple y visual: “Siéntate como una montaña fuerte” en lugar de dar instrucciones técnicas.
- Mantenerlo breve: En preescolar, las prácticas de más de 5 minutos pueden perder eficacia.
- Respetar los ritmos individuales: Algunos niños se integran rápido, otros necesitan más tiempo.
- Celebrar logros pequeños: Reconocer cuando los niños logran concentrarse o recordar una postura.
- Ser modelo: Si el docente participa, los niños se motivan más.
Esta pequeña guía puede hacer mucho más fácil la implementación de estas prácticas garantizando su adopción tanto por parte de los niños como de la comunidad y familias.
El preescolar es más que números
El yoga y el mindfulness no son modas pasajeras, sino herramientas valiosas para el desarrollo integral en preescolares. Su integración en la escuela no requiere grandes inversiones ni estructuras complejas, sino voluntad, creatividad y constancia.
A través de juegos, respiraciones y momentos de calma, los niños aprenden a conocerse, a convivir mejor y a cultivar la atención plena desde la base de su formación.
Al integrar estas prácticas en la escuela, no solo estamos fortaleciendo el presente de los pequeños, sino sembrando semillas de bienestar, resiliencia y paz que los acompañarán a lo largo de su vida.